sábado, 25 de octubre de 2014

Yeti

El yeti o abominable hombre de las nieves podría ser un críptido interpretado como un simio gigante. Ante la ausencia total de pruebas, solo se cuenta con relatos que lo describen como un simio gigante bípedo que se cree está localizado en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya.

Descripción

Su apariencia es muy parecida a la de un orangután, pero con el pelo blanco, la cabeza con forma ovalada, lasmandíbulas más fuertes y tiene unos largos brazos que le llegan a la altura de las rodillas. Mide aproximadamente unosdos metros y tiene una imponente musculatura. Los que realmente creen que existe este ser creen que hay varias razas de Yeti, de diferentes tamaños y colores.

Historia

En 1935, el paleontólogo holandés Ralph von Koenigswald se encontraba en Hong Kong. En una farmacia encontró una pieza dental fosilizada que los farmacéuticos llamaban “diente de dragón”, y usaban desde tiempos ancestrales, pulverizada, para preparar algunas de sus medicinas. Von Koenigswald comenzó entonces la búsqueda del animal al que había pertenecido, búsqueda que acompañaron y continuaron distintos paleontólogos en el mundo. Desde ese momento se han encontrado 3 mandíbulas y varios centenares de dientes, no sólo en China, sino también en Vietnam. Estos resultaron pertenecer a un simio gigante que se extinguió hace aproximadamente 500.000 años y al que los paleontólogos denominaron Gigantopithecus blacki. Se supone que apareció hace 6 millones de años y llegó a convivir con otras dos especies conocidas: el panda gigante y... el Homo Erectus. Recién en el año 2005 pudo determinarse la antigüedad de los restos encontrados a partir de 1935.
También el famoso alpinista Reinhold Messner dedicó 12 años a la búsqueda del yeti, para concluir (no con mucho rigor): “Todas las evidencias apuntan a un oso nocturno que corre, camina y escala mejor que un hombre”. Claro, Messner deja de lado lo que sí sabemos, y es que los osos, por su conformación física, no pueden caminar ni correr mejor que un hombre. Y además sus propias evidencias llevan a gran confusión: “"Miré a mi alrededor y capté (…) la silueta de un bípedo que huía entre los árboles (…) Sin hacer ruido y doblada hacia delante, la criatura seguía corriendo, se eclipsaba detrás de un árbol para volver a aparecer como un monstruo (…) durante una fracción de segundo, pude observar su rostro: vi ojos y dientes, pero apenas logré distinguir forma o color. La criatura se erguía amenazadora, su cara una sombra gris, su cuerpo una silueta negra. Cubierta de pelo, se apoyaba sobre dos cortas piernas y tenía unos brazos largos que le llegaban hasta las rodillas. Calculé que medía 2´10 metros(...) Era obvio que ningún hombre puede correr de ese modo en plena noche (…)” Reinhold Messner, 1986 (valle del Mekong, Este del Tíbet)”.
El misterio sin embargo, promete ser develado pronto. Por un lado, hace cinco años un guardabosque de una remota región de la India halló dos pelos que, supuso, podían pertenecer a un yeti. El joven Dipu Marak los entregó a Alistair Lawson, periodista de BBC, quien a su vez los llevó a la Universidad de Oxford. Allí fueron analizados hace pocos meses por un grupo liderado por Ian Redmond, científico especializado en el estudio de primates. Las primeras pruebas dieron como resultado que los pelos son, por un lado, muy similares a los recogidos por Sir Edmund Hillary en 1960. Y además, lo más importante, no pertenecen a ninguna especie conocida.* Redmond supone que podrían pertenecer, efectivamente, a un yeti, descendiente desconocido del Gigantopithecus blacki.
Por su lado, en el mes de agosto una expedición japonesa al mando de Yoshiteru Takahashi partió rumbo a los Himalayas en busca del yeti. Piensan permaneces allí durante dos meses, instalando sofisticadas cámaras infrarrojas en el mismo sitio donde Takahashi avistó un grupo de yetis en 2003. La expedición se denominó Proyecto Yeti Japón 2008 y tiene su propio sitio web, lamentablemente en japonés y sin traducción.
Cada uno creerá lo que quiera creer, pero hay algo que es cierto: hay una región del monte Everest donde no vive ninguna especie conocida de primate. Sin embargo, los lugareños llaman a esa región “Mahalangur Himal”, la montaña de los grandes monos. 

La leyenda del Yeti

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