viernes, 31 de octubre de 2014

Hombre Rana de Loveland

La rana de Loveland  es una supuesta criatura pseudocríptida perteneciente a la cultura popular estadounidense. Fue vista por primera vez en Loveland, Ohio, Estados Unidos.

Descripción

Su aspecto morfológico sería similar al de un humano u Homínido, y su cabeza sería la de reptil o un anfibio (las fuentes no se ponen de acuerdo), su aspecto siendo en definitiva, parecido al de una rana de 1,2 m (4 pies).

Historia

El primer reporte fue en mayo de 1955. Un hombre de negocios reportó haber encontrado a tres criaturas de aproximadamente noventa centímetros de altura agachadas bajo un puente cerca de Loveland. Las describió con arrugas en la cabeza en lugar de cabello, pecho abombado y bocas anchas sin labios, como las ranas. Una de ellas sostenía un dispositivo en forma de barra que sacaba chispas. Supuestamente dejaban tras de sí un fuerte olor a alfalfa y almendras.
Por veinte años no hubo más reportes de la Rana Loveland, pero el 3 de marzo de 1972, varios oficiales de policía reportaron haber visto un ser de 1.20 metros de alto con piel rugosa, de nuevo cerca de Loveland. Saltó sobre una barra de contención hacia el río Little Miami. Dos semanas después, el oficial Mark Matthews la vio de nuevo, tirada en el camino. Se alejó mientras Matthews abría fuego.
La descripción fue reportada falsamente como la siguiente:
"La criatura medía de tres a cuatro pies de alto, de 50 a 75 libras, piel escamosa, posiblemente mojada - el pelo húmedo en el cuerpo la hacía ver como si tuviera texturas, una posible cola, cara y cabeza como de rana o lagarto, y podía saltar sobre la barra de contención del camino."
 Un granjero local también reportó haber visto a la rana más tarde ese mes.
Aunque los oficiales en cuestión no reportaron su encuentro, los medios locales difundieron la historia falsamente; y en el año 2001, mediante una entrevista por correo electrónico, el oficial Mark Matthews explicó que el incidente fue "desproporcionado habitualmente..." Y dijo que "no era y no es un monstruo". Lo tenía piel escamosa o pelo mojado. No medía de 3 a 5 pies de alto. No caminaba erecto.
"El animal que ví era obviamente algún tipo de lagarto que alguien tenía como mascota y que creció mucho para su acuario, o que simplemente tiraron. Medía menos de 3 pies de largo, corrió por el camino y probablemente fue ceegada por los faros de mi vehículo. Parecía no ser agresivo."
Matthews intentó dispararle a la criatura, pero el lagarto escapó y tal vez murió por sus heridas o el frío congelante.

Mujer Alada de Vietnam

La mujer alada de Vietnam es un supuesto ser que miembros del ejército estadounidense afirman haber avistado en 1969 en Vietnam.

Descripción

Se le describe con la apariencia de un humanoide de tonalidad oscura, una altura de aproximadamente 5 pies (1,5 metros) y con alas similares a las de los murciélagos. Al volar emite un resplandor de fulgor verdoso de sus alas y viaja completamente desnuda. De acuerdo a estos relatos, la criatura tendría ciertas semejanzas con la leyenda filipina del Aswang o las gárgolas.

Historia

La mujer alada de Vietnam fue presuntamente vista en julio o agosto de 1969 por tres Marines que hacían guardia cerca de Da Nang (Vietnam del Sur). Dichos Marines afirman haber visto con detalle a un ser que voló con lentitud sobre ellos a primeras horas de la mañana (1:00 a.m. - 1:30 a.m.), mostraba un halo de luz verdosa y a medida que se les acercaba pudieron distinguir que era una mujer alada.

Hombre Polilla

El mothman, en español hombre-polilla, es un supuesto ente humanoide caracterizado por su enorme estatura, su piel, pelaje o vestimenta de un negro uniforme, la presencia de dos enormes alas -que algunos testigos han identificado, alternativamente, como una gran capa que cubriese espalda, brazos y parte del rostro-, y dos enormes y sobrecogedores ojos rojos enmarcados en una cabeza poco definida unida directamente al tronco, lo que daría al ser el aspecto general de una gigantesca polilla.

Descripción

El aspecto físico que se le atribuye a esta hipotética criatura es la de un humanoide de más de dos metros de altura, con grandes alas que se repliegan o bien una gran capa que cubriría espalda y brazos, cubierto de lo que parece pelo gris oscuro o negro, sin cabeza definida y con dos grandes ojos rojos luminosos a los que se atribuyen facultades hipnóticas. Sus apariciones parece estar íntimamente relacionadas con la inminencia de grandes catástrofes, siendo a veces definido como un "heraldo de desgracias y muerte".

Historia

Point Pleasant
Los primeros testimonios modernos datan del año 1966, en Point Pleasant (Virginia Occidental). En la noche del 14 al 15 de noviembre dos matrimonios paseaban en automóvil cerca del sector conocido como área TNT, una zona de antiguos depósitos militares de explosivos usados durante la Segunda Guerra Mundial. Observaron al lado del camino una criatura de unos 2 m de altura, con dos alas plegadas a la espalda y que les miraba con dos brillantes ojos de color rojizo. El conductor aseguró haberse dirigido hacia la carretera principal y los ocupantes aterrorizados habrían sido seguidos hasta la misma entrada del pueblo. Los testigos afirmaron haber oído un agudo grito proveniente de la criatura; después de su declaración a la policía se ordenó una exhaustiva búsqueda en el área TNT, sin aparecer ninguna evidencia de dicha criatura.

Cornualles
Entre 1976 y 1978 media docena de testigos, en su mayoría niños o adolescentes, afirmó haber visto en la región de Cornualles (Inglaterra), concretamente en las cercanías de la localidad de Mawnan, una criatura prácticamente idéntica al Mothman que identificaron como "un búho peludo de tamaño monstruoso y ojos oblicuos y rojos". Se da la circunstancia de que las apariciones del llamado "hombre-búho de Cornualles" coincidieron con un aumento de la actividad ovni en la zona, acumulándose los testigos de extrañas luces en la noche.

Chihuahua
En marzo de 2009, en la ciudad de Chihuahua, en el estado del mismo nombre en México, fue visto por un joven y varias personas de la localidad. Narró que fue perseguido durante varios minutos mientras conducía su camioneta Liberty a gran velocidad. Describiendo estos hechos a su familia y las autoridades locales, lograron crear un retrato robot. Su aparición causó revuelo cuando casi un mes después en México estalló una epidemia de gripe A que causó la muerte de varias personas.

Santiago de Chile
Desde septiembre de 2013, "Mothman" ha sido avistado por varias personas en forma separada en la ciudad de Santiago de Chile.4 El primero en dar su increíble testimonio fue Ignacio, un joven que se contactó con el matinal “Mañaneros” de La Red. Él, junto a sus amigos, observó el pasado 29 de septiembre, a eso de las 20:30 horas, a una enigmática criatura de dos metros y de largas alas, sobrevolando el Parque Bustamante, en la céntrica comuna de Providencia.
Poco a poco se fueron descubriendo más casos de personas que aseguran haber visto al Hombre Polilla, en otras comunas como Quinta Normal y Lo Barnechea.
Real

Diablo de Jersey

El Diablo o Demonio de Jersey, es una criatura pseudocríptida, perteneciente a la cultura popular estadounidense. La criatura se describe a menudo como un bípedo volador con pezuñas, pero hay muchas variaciones.

Descripción

La descripción más común es la de una criatura similar al canguro con la cara de un caballo, la cabeza de un perro, correosas alas de murciélago, cuernos sobre la cabeza, brazos pequeños terminados en manos con garras, pezuñas hendidas y una cola bifurcada. Se ha informado que puede moverse rápidamente para evitar el contacto humano, y a menudo se le describe como capaz de emitir un espeluznante grito.

Historia

La historia cuenta que el héroe naval, el Comodoro Stephen Decatur visitó las fábricas de acero de Hanover en Pine Barren en 1800 para testear cañones. Un día en el campo de tiro, el comodoro se percató de una extraña pálida criatura alada volando cerca, después de apuntarle y disparar, el tiro lastimó a la criatura en una de sus alas, pero el demonio continuó volando como si nada hubiera pasado.
Años después otro importante personaje se encontró con el demonio de Jersey, el antiguo Rey de España y hermano de Napoleón, Joseph Bonaparte cazando en sus tierras a principios de 1800, poco tiempo de asentado. El noble vivía bajo el nombre del Conde de Survilliers, pero los americanos tendían a llamarlo Míster Bonaparte, quien en 1817 adquirió el titulo para una propiedad de más de 1000 hectáreas cerca de Bordentown en el rio de Delaware. Tras una cacería en Pine Barrens persiguió al demonio de Jersey, cuando reportó el acontecimiento a las autoridades, la leyenda de esta criatura ganó más credibilidad.
En 1840, tal como el ministro advirtió hace cien años, el demonio regresó y atrás de él sembró terror en la región nuevamente. Robaba ovejas, acechaba a niños que salían después del atardecer. Las personas de toda la región del sur de Jersey cerraban sus puertas y ventanas, también colgaban una linterna en el marco de sus puertas con la esperanza de ahuyentar a la criatura. A partir de este año se reportaron muchos ataques en los años siguientes, pero lo más sorprendente fue su aparición en Haddonfield, Bridgeton, quienes experimentaron una serie de apariciones entre 1859 y 1873.
Delaware Enero de 1909, el demonio de Jersey ha regresado nuevamente y miles de personas han presenciado a la criatura y sus huellas, el misterio y escepticismo se desvanece. El miedo es tan fuerte entre la población que las escuelas cerraron y sus habitantes se negaban a salir de sus casas por temor a encontrarse con la criatura.
Las noches ahora son escalofriantes, y en una de ellas el oficial de policía, James Sackville tras pasar por un callejón oscuro se percató del monstruo mientras hacía su guardia nocturna, la criatura con alas emitió un horrible grito. El miedo se apoderó de Sackville y desenfundó su revólver, pero sus disparos no acertaron a la criatura mientras esta abrió sus alas y se desvaneció en el cielo nocturno. Un nuevo caso de una figura notoria que avistó este monstruo legendario.
Una anécdota de ese mismo año es relatada por E.W. Minster un cartero de Bristol, Pennsylvania, quien afirma haberse despertado alrededor de las dos de la mañana por un extraño y sobrenatural sonido que provenía del rio de Delaware, inquieto miró por su ventana y vio lo que él describió como una gran grulla que mientras volaba emitía un curioso brillo. La criatura tenía un cuello largo estirado hacia adelante mientras volaba, delgadas alas y largas piernas traseras, esta aberración hacía una extraña combinación de sonidos y silbidos para después desaparecer en la oscuridad.
Las apariciones continuaron y el 19 de Enero de 1909, el Señor y la Señora Evans se despertaron temprano en la mañana por el sonido de un animal grande en el techo de su hogar. Los esposos lo describieron como la cara de un perro collie y la cabeza de un caballo, tenía un cuello largo, con grandes alas y patas traseras similares de la de una grulla con pezuñas de caballo, también tenía dos pequeñas garras en la parte superior de su torso. Y así como apareció de la nada, el demonio de Jersey se desvaneció nuevamente.
La criatura no regresó hasta 1927 cuando en una noche, un taxista camino a Salem se detiene a cambiar un neumático, cuando terminó de arreglarlo su auto se sacudió violentamente. Cuando levantó la vista pudo ver una gigantesca y alada figura en el techo de su auto. El taxista dejó sus herramientas, y tras subirse corriendo al coche condujo a toda velocidad dejando el horror atrás, parando en la estación de policía de Salem para reportar lo que había sucedido.
En 1961, el demonio de Jersey acechó a dos parejas que estaban aparcadas en un auto en Pine Barrens. Las personas fueron interrumpidas cuando escucharon un chillido fuera, cuando observaron por las ventanas el techo del vehículo fue aplastado hacia adentro. Sin perder el tiempo huyeron y al poco tiempo regresaron, pero nuevamente escucharon ese chillido y vieron a una criatura volando por los árboles mientras se rompían pedazos de madera en su vuelo.
La cabeza alargada como la de un caballo es una de las descripciones más repetidas de este inquietante animal legendario.
En Vineland en 1987, se encontró el cadáver de un pastor alemán, el cuerpo había sido descuartizado como si hubiese estado en una explosión. El pastor fue encontrado a casi 8 metros de la cadena a la cual había sido enganchado, alrededor de lo que quedaba de él se encontraron extraños rastros que nadie supo identificar o seguir.
La última aparición del demonio de Jersey fue en 1993 cuando un guardabosques llamado John Irwin conducía por la orilla del rio Mullica en el sur de Nueva Jersey. El guardabosque se asustó cuando su camino estaba bloqueado por el demonio de Jersey, el cual describió como una criatura de 1'80 de alto cubierto por un pelaje negro. Irwin comentó que él y la criatura se miraron por varios minutos antes de que esta huyese por el bosque.

Rods

Los rods son observaciónes confusas descritos por algunos seguidores de la criptozoología y la ufología, como supuestos fenómenos o criaturas pseudocríptidas; que son detectadas en la forma de objetos en movimiento sobre un paisaje, especialmente en grabaciones de vídeo o fotografía

Descripción

Las afirmaciones de los que sí creen y de alguna manera intentan probar su existencia, no han probado tener validez científica, debido a que son sucesos no comprobables ni repetibles; puesto que los únicos documentos que les validan, son los vídeos.
Los rods, que también han sido llamados "varas voladoras", deben su nombre a la forma que presentan extrañas imágenes grabadas en vídeo o fotografía; las cuales científicamente son consideradas evidencia no aprobada de lo que algunos investigadores llaman seres multidimensionales.
Los creyentes en la existencia de estas imágenes como prueba de un supuesto fenómeno o ser desconocido, afirman que los rods medirían generalmente entre cinco pulgadas (12,7 cm) y seis metros de longitud, y que poseerían una membrana fina a lo largo de su eje que es usada para propulsarse en el aire, de modo similar a como las sepias utilizan sus aletas para desplazarse en el agua; de las cuales se dice que vuelan tan rápido que no pueden ser captadas a simple vista o también largos tubos entre 15 o 16 cm con unas pequeñas alas a los lados.

Historia

En 1995, el Sr. José Escamilla trabajaba como productor de cine y al revisar escenas filmadas en exteriores se disgusto mucho al observar manchas que cruzaban la escena. Pensó que podia tratarse de imperfecciones de la cinta de video, sin embargo su curiosidad lo llevó más allá porque las “manchas” parecían corresponderse a algún animal, quizas un pájaro pequeño o hasta insectos que pasaban frente al lente, sin embargo durante la toma nadie pudo ver ave alguna cruzando entre los actores y la cámara ni hubo camarógrafo que se quejara de insectos.
Por esta razón e impregnado por una gran curiosidad José Escamilla quiso analizar cuadro a cuadro el video a ver si descubría qué era lo que estaba provocando aquellas manchas huidizas que “ensuciaban” la filmación. Lo primero que comprobó fue la incredible velocidad de desplazamiento de las manchas; a tan alta velocidad –reflexionó- deben pasar inadvertidas ante el ojo humano.
Tal fue su curiosidad que buscó en los archivos de su compañia cinematográfica casetes de video conteniendo tomas de escenas grabadas en exteriores de otras novelas, y cuál no sería su sorpresa al comprobar que las manchitas fantasmales también estaban en otras muchas cintas. No conforme con eso Escamilla logró, valiéndose de amigos y antiguos compañeros de trabajo, tener en su mano videos de escenas en exteriores provenientes de 28 estados diferentes de los Estados Unidos.
Escamilla chequeó cuidadosamente todas las cintas que le llegaron, y en la gran mayoría de ellas pudo encontrar también las veloces manchitas desplazandose a una velocidad vertiginosa.
La velocidad con que se mueven les convierte en invisibles al ojo humano.
Algunos autores, siguiendo la denominación original que les otorgara Escamilla, llaman a estos “seres” como “peces voladores”, otros prefieren llamarles “serpientes voladoras”, sin embargo lejos de toda comparación con peces o serpientes (ya que no son ni lo uno ni lo otro) el nombre con que hoy se les reconoce es RODS.

domingo, 26 de octubre de 2014

Mapinguarí

Mapinguarí es el nombre de una mítica criatura de la mitología del Amazonas perteneciente a BrasilBoliviaColombia y Perú.

Descripción


Emite un olor nauseabundo y ha sido divisado por numerosos nativos y cazadores
Con dos metros de altura y un abundante pelaje rojizo, el mapinguari se ha convertido en una leyenda de la selva brasileña.
Tiene el aspecto de un hombre alto, una extraña boca a la altura del abdomen y un pestilente olor, que hace perder el conocimiento a todo aquel que se convierte en inopinado testigo de su paso. También dicen que posee enormes garras y que emite un alarido lastimero, semejante al de un cristiano gritando de dolor.

Historia

desde 1993 la historia del mapinguari ha sufrido una interesante variación interpretativa.
En aquel año, el ornitólogo norteamericano graduado en Harvard, David Oren, publicó un discutido artículo en una revista científica en el que sostenía que el mapinguari no era otra cosa que un perezoso gigante terrestre, sobreviviente a la extinción de su especie, ocurrida hace por lo menos 10.000 años. Desde ese momento, el mapinguari pasó de lleno al discutido campo de la criptozoología, en un intento por convertir a la leyenda en una supuesta realidad científica.
El artículo del doctor Oren produjo una terrible conmoción dentro del ámbito de la biología animal y no fueron pocos los que esbozaron irónicas sonrisas de desaprobación y burla.
Oren, que trabaja desde hace años en el Museo Emilio Goeldi de la ciudad de Belén, en el estado brasileño de Pará, en la desembocadura misma del Amazonas, ha realizado un sinnúmero de expediciones por las selvas del noreste del país, buscando testimonios y relatos de testigos de primera mano. Hasta el momento, ha recolectado casi un centenar de avistamientos y pretende continuar con sus viajes de búsqueda, con el objetivo último de hallar restos materiales de semejante animal.
La obsesión de Oren empezó en 1985 cuando un amigo le contó sobre un buscador de oro que se había encontrado con el monstruo. La descripción que obtuviera de aquel relato lo convenció de que el mapinguari podía ser un perezoso gigante terrestre. La idea se le enquistó en la mente y desde entonces, David Oren sale periódicamente tras la huellas del elusivo animal.
Oren sugiere que las descripciones del folclore están cargadas de datos falsos o malas interpretaciones. El hecho de que el mapinguari haya sido caracterizado con un solo ojo en la frente y una boca a la altura del abdomen, no hace más que probar la suposición del zoólogo. Él afirma que la supuesta boca no es otra cosa que una glándula que funcionaría como un mecanismo de defensa, por medio de la cual el animal emitiría su insoportable olor, al modo de los zorrinos. En cuanto al misterioso ojo, cree que se debe a una mala observación por parte de los testigos.
Los perezosos gigantes terrestres habitaron el planeta desde hace unos 30 millones de años, extinguiéndose hace 11.000 y 8.500 años. La teorías más aceptadas concuerdan en decir que los perezosos gigantes cayeron víctimas de la caza indiscriminada practicada por el hombre cazador. Su área de dispersión era amplia, encontrando fósiles de estos animales en Patagonia, Estados Unidos y regiones tropicales de América.
Según Bernard Heuvelmans:
"Desde el Mioceno hasta el final del Pleistoceno e incluso en los principios de la época actual, los perezosos gigantes han emigrado hacia el norte y han ido ganando así, sucesivamente, el Uruguay, Brasil, Bolivia, luego Colombia, los países de América Central y México, e incluso una parte de los estados unidos, donde se han hallado algunas de sus osamentas.
(...)Los perezosos gigantes, ante las matanzas y persecuciones de que eran objeto por parte de los indios nómades de las pampas, debieron irse replegando gradualmente, al igual que el jaguar, hacia las selvas vírgenes tropicales que les ofrecían un refugio seguro y una tranquilidad, por tanto, muy considerable. (...)Algunas hordas o rebaños acabarían finalmente por alcanzar América del Norte. (...)Pero en aquellas verdes praderas aparecieron muy pronto otros indios que acometieron también la tarea de exterminarlos.
(...)No cabe discusión en el motivo de su exterminio: no podemos atribuir tal desaparición a ningún cambio geológico ni a fenómenos climatológicos. (...)Su exterminio fue llevado a cabo por obra de la glotonería humana y de la costumbre.
Otros muchos especímenes debieron salvarse de tales ataques y de la continua persecución, por el sistema de retirarse a las selvas del Amazonas y a la región boscosa de los Andes, donde rara vez el hombre osaba penetrar. Y allí, en medio de tan inextricables regiones hallarían un refugio cierto, puesto que las fieras feroces tampoco podrían nada contra aquellos seres protegidos tan eficazmente por sus óseas armaduras".
Acaso, ¿no podría ser el mapinguari, tal como lo afirma Oren, un perezoso gigante terrestre que, aprovechando su aislamiento, logró mantener su especie a salvo a lo largo de los últimos diez mil años, sin ser visto?
Las descripciones concuerdan notablemente con el animal.
De ser así, nos encontraríamos ante el mamífero terrestre más grande de Sudamérica. ¿O con la eterna persistencia de un mito arquetípico —el de la alteridad—, que se niega a convertir al planeta en el mundo "acabado" que es para muchos?
La posibilidad de que la "virginidad" aún exista (en ciertos parajes aislados, claro), y que los "Mundos Perdidos" —estilo Arthur Conan Doyle— sean dables de encontrar, mantienen viva la veta romántica y soñadora, efervescente y muchas veces maniquea, de algunos hombres contemporáneos.
Es probable que David Oren sea uno de ellos y que esté persiguiendo una quimera; un sueño que nos hable más de él mismo que de una ignota fauna pleistocénica residual. De todas maneras, creo que es un error adoptar la estrategia perezosa del Mapinguarí , durmiendo o escondiendo las decenas de posibilidades que la cuenca del Amazonas aún conserva (¿o no?) para todos aquellos que todavía tenemos, en algún rincón de nuestra mente analítica, una mirada asombrada del mundo.

sábado, 25 de octubre de 2014

Kongamato

Kongamato, en la mitología de África y en criptozoología, es el nombre con el que se conoce a un supuesto monstruo volador.

Descripción

Una criatura similar a un reptil con alas de murciélago y un largo pico lleno de dientes

Historia


En 1923, Frank Melland el autor del libro “Witchbound Africa”, describe una vida peligrosa en las laderas de ciertos ríos, donde los pescadores dicen que sus pequeños botes son atacados por la criatura, la cual se lanza contra cualquiera que entre en su terrotirio. Las descripciones varían diciendo que sus alas miden de 1 a 2 metros. Los miembros de la tribu Kaonde lo identificaron en las imágenes de un pterodáctilo que Frank les mostró.
El ingeniero J.P.F Brown supuestamente vio la criatura en 1956, en el Fuerte Rosebery, cerca del lago Bangweulu en Rhodesia del norte, territorio que ahora es Zambia. El constructor dijo que eran dos criaturas que volaban despacio y silenciosamente por encima de ellos. A primera vista la criatura parecía prehistórica y sus alas median 1 metro y la longitud desde el pico a la cola era casi 2 metros, su cola era bastante delgada y su cabeza era similar al hocico largo de un perro. 
El año siguiente en el hospital del Fuerte Rosebery un paciente fue internado con una herida severa en el pecho. La víctima dijo que un pájaro gigante lo atacó en el pantano de Bangweulu, tras dibujar la criatura, la imagen era similar a la de un pterosaurio. Científicos británicos obtuvieron la misma escalofriante reacción de los nativos cuando les muestran imágenes de un pterosaurio al que identificaron como un Kongomato. 
Esta mítica criatura ha sido vista por nativos africanos y exploradores europeos, muchos reportes lo describen como un pterosuario de color rojo y negro. Cuando una persona aparece con graves heridas hechas por un animal dicen que es el Kongamato, ya que los testigos afirman que tiene dientes muy afilados en su pico y unas garras igualmente peligrosas.
Un corresponsal británico, G. Ward Price, viajó junto con el futuro Duque de Windsor a Rhodesia en 1925. Allí escuchó la historia de un sirviente sobre un hombre que fue herido por una criatura cuando entró al temido pantano en Rhodesia, lugar que se decía era un nido de demonios. Cuando el hombre regresó tenía una gran herida en el pecho y comentó como una extraña y gigante ave lo atacó con su largo pico. Price le mostró una imagen de un pterosaurio al sirviente, este gritó aterrorizado y huyó de la casa.
El Coronel C.R.S. Pitman en 1942 siguió las historias que los nativos contaban sobre una gigante criatura voladora similar a un murciélago pájaro que vivía en el pantano al norte de Rhodesia. Rastros de la criatura eran dejados por su larga cola que arrastraba por el suelo. Estos reportes no estaban limitados solo a Zambia, también habían avistamientos en el monte Kilimanjaro y el monte de Kenya. 
En 1988 el profesor Roy Mackal guió una expedición a Namibia donde se habían dado reportes de una criatura con grandes alas. Este animal se deslizaba por el aire. Usualmente se lo veía en el atardecer sobrevolando riscos, sin embargo la expedición no logró conseguir evidencias, pero James Kosi un miembro del equipo dijo ver la criatura volando lejos. Describiéndolo como un parapente gigante con marcas blancas y negras.
Tal vez el reporte más impactante es de exploradores blancos que trabajaban para el Museo Británico en la expedición de Percy Sladen desde 1932 a 1933. Este grupo profundizó en el oeste de África, liderados por Ivan T. Sanderson un reconocido escritor y zoólogo. Mientras visitaban las montañas Assumbo en Camerún acamparon cerca de un valle en las laderas de un rio. El grupo estaba cazando cuando Sanderson le disparó a un gran murciélago comedor de frutas, mientras se acercaba a ver su presa, perdió el equilibrio y cayó al río. Al recuperarse escuchó un grito de advertencia de su compañero y vio una figura negra del tamaño de un águila que se abalanzó sobre él. Sanderson logró ver el rostro del animal, su mandíbula inferior estaba abierta y tenía un semicírculo de puntiagudos dientes blancos que estaban separados. Sanderson emergió del agua y la criatura no estaba, su compañero George se movía en la otra dirección disparando su segundo cartucho.
Tras llegar empapado a tierra, muchos se preguntaban si la criatura volvería, y cuando estaba oscureciendo regresó precipitándose de nuevo rio abajo. Sus dientes sonaban y en el aire se escuchaba un siseo mientras una criatura negra con alas de Dracula volaba por una hendidura en el valle. Los exploradores no estaban preparados, el arma de Sanderson estaba vacía y la bestia atacó directamente a George quien le esquivó, el animal voló encima de él y desapareció en la noche.
De vuelta al campamento Sanderson preguntó a los nativos que había visto, ellos respondieron “Olitiau” y le preguntaron donde había visto a la criatura. Sanderson señaló al río y los nativos agarraron sus armas y huyeron en la otra dirección dejando el resto de sus posesiones.